Tendencias para estudiar en línea este 2024

La educación virtual se configura como una herramienta ágil, eficaz, pero sobre todo universal, a la hora de llegar a diversos sectores de la sociedad, es por ello que desde hace varios años las más tradicionales universidades del mundo, otrora rígidas en sus clásicas concepciones del modelo educativo, han migrado a la virtualidad como respuesta a un mundo digital en donde los principios de la libertad de navegación por la internet son regla de oro.

Hoy las instituciones educativas le apuestan a programas de educación dirigidos a una audiencia multitudinaria que no necesariamente deben estar ubicados en un territorio específico, sino que centran su oferta en las necesidades particulares del mundo en el que vivimos, es decir, en un mundo digital y conectado a través de la tecnología, de ahí que los sistemas de educación no podían ser ajenos a la vertiginosa velocidad con la que el estado de la técnica avanza y permea todos los cimientos culturales, políticos, legales y religiosos de nuestra sociedad.

Los desafíos de la academia tradicional son de total apremio, la nueva configuración tecnológica del mundo se expande de manera geométrica, siendo de tal entidad este cambio que hoy en día, los niños que acaban de iniciar sus vidas académicas, en 15 años cuando terminen su periodo escolar, estudiarán carreras y se dedicarán a oficios profesionales que hoy en día ni siquiera existen, o aún no han sido dimensionados en su eventual importancia en un futuro próximo, esto también tiene un impacto significativo en el ámbito laboral. Por ejemplo, hace menos de una década en las facultades de derecho no se hablaba de sistemas de compliance, o de tendencias en legal design, pero en el mundo actual el derecho no puede ser ajeno a estas disciplinas colindantes con el tradicional estudio normativo que hoy por hoy dinamizan y modernizan las ciencias jurídicas.

Así mismo, la academia ha de acoplar e interiorizar los avances de la inteligencia artificial para incluirla en el proceso de formación de los estudiantes y de esta forma  consolidar al interior de los modelos educativos la interacción con el aprendizaje automático para que esta se consolide como una herramienta de ilustración y no en un artefacto de trampa que reemplace la opinión o el nivel investigativo de los estudiantes. Se debe adoptar una cultura en la cual utilicemos la inteligencia artificial de manera ética y con profesionalismo, ya que esta tiene el potencial de transformar profundamente la forma en que vivimos y trabajamos, ofreciendo beneficios significativos en términos de eficiencia, personalización, seguridad y capacidad para abordar problemas complejos. 

Hace 25 años con el advenimiento y generalización de la internet, la academia clásica tuvo que aprender a interactuar y a cohabitar con este avance tecnológico, los profesores y catedráticos se dieron cuenta con el tiempo que la respuesta no era prohibir los trabajos en computador para evitar el uso de “copy paste”, sino que era necesario robustecer los sistemas de protección de propiedad intelectual para contrarrestar los plagios y copias, que con la aparición de google o de Wikipedia se convirtieron en amenazas certeras contra la formalidad académica de esos días. 

Las tendencias para 2024 en materia de oferta académica se circunscriben sin duda a nuevos espacios donde del saber se fusiona con las nuevas necesidades corporativas de hoy, en donde las startups y empresas emergentes en tecnología marcan la parada, de ahí que los nuevos ejecutivos y emprendedores se interesan en contenidos virtuales beneficiosos para sus empresas como son transformación digital, ciberseguridad, y demás cursos en avances tecnológicos que están en vanguardia. 

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